César Paternosto - La Mirada Excéntrica

La exposición que el artista presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes reúne un conjunto de obras de los años 60 que se destacan por el uso del color y las formas ondulante, y de los años 70 con su impronta geométrica y minimalista.

César Paternosto - La Mirada Excéntrica

La exposición que el artista presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes reúne un conjunto de obras de los años 60 que se destacan por el uso del color y las formas ondulante, y de los años 70 con su impronta geométrica y minimalista.

Fecha del evento

08.10.2019 - 02.02.2020

Cantidad de obras

37

Curador/a

Andrés Duprat

 

La geometría hace sistema con el sueño utópico de la perfección. Los visionarios de todas las épocas pensaron un mundo ideal diseñado con herramientas de precisión, donde el caos de la historia se resuelve en una concordancia armónica. Así, la apariencia aleatoria del cosmos, en el que los azares se ensamblan como piezas de un rompecabezas, acaso de origen divino, estaría regida en última instancia por la lógica matemática.

El “Gran Arquitecto” que imaginaron las literaturas esotéricas habría concebido el universo no con palabras sino con signos secretos; el conocimiento de esa matemática sagrada brindaría una clave de los misterios del mundo. Pero para que sea plausible el advenimiento de un orden que replique la belleza de las matemáticas habría que producir una abstracción que conjugue también el universo de lo sensible.

En el transcurso de décadas de trabajo artístico, César Paternosto ha encarnado esos dilemas conjugando con lucidez lo racional y lo sensible. La arquitectura ha pensado la dialéctica entre un mundo regido por equivalencias geométricas y la vida, que las coloniza en el habitar, ofreciendo un desvío a la secuencia autónoma de las líneas, los espacios y los planos.

Si hay un arte emancipado del lenguaje matemático que lo anima es porque existe esa tensión primigenia entre un orden reglado y la naturaleza imprevisible de la intuición. Esa paradoja, de imposible clausura, hace de los lenguajes artísticos el medio de su exploración. El pensamiento visual de Paternosto emerge a partir de esa paradoja: hay mundo porque hay línea, color, plano, secuencias articuladas en un ensamblaje preciso. Sin embargo, algo sucede que hace que la sutil presencia del aura vital destituya el sueño geométrico. Hay siempre en sus obras un punto de fuga, un espacio dominante que llama a su lado ciego. Sus trabajos son metáforas del ensueño geométrico anhelado, en el que late una dimensión animista que lo excede e impugna. La experiencia visual que plantea invita a descubrir la interrogación por la presencia de las formas en el mundo. Pero, además, lleva a los límites la bidimensionalidad de la pintura, apostando a la deconstrucción de las convenciones pictóricas con una propuesta singular: al trabajar sobre los bordes del cuadro, opera un desplazamiento de sentido que indica un modo diferente de asumir la institución reglada del arte.

La exposición que el artista presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes reúne un conjunto de obras de los años 60 –que se destacan por el uso del color y las formas ondulantes– y de los años 70 –con su impronta geométrica y minimalista–, varias de las cuales se exhiben al público por primera vez. Asimismo, una serie de trabajos realizados por Paternosto en los últimos tiempos acompaña la instalación site specific inédita Deconstrucción pictórica, en la que lleva más allá sus postulados: permite a los visitantes sumergirse en una de sus creaciones a escala monumental. Además, puede verse una obra concebida específicamente para esta muestra, Continuidad tectónica, que ahora pasa a integrar la colección del Bellas Artes.

Andrés Duprat

Director

Museo Nacional de Bellas Artes

Galería
Cesar Paternosto muestra
Cesar Paternosto sala
Cesar Paternosto obra circular
Cesar Paternosto obra lineal
Cesar Paternosto obra maqueta
Cesar Paternosto obra pintura
Contenido vinculado

Liliana Porter. Un diálogo en perspectiva

Fecha: 12.07.25 al 03.10.25 Sala 5. Nivel 2 y Auditorio Curador: Agustín Pérez Rubio Actualmente radicada en Nueva York, Liliana Porter vuelve a la Argentina para presentar una exposición retrospectiva de su trabajo que abarcará su amplia trayectoria iniciada en los años 60. La exposición exhibirá desde sus producciones vinculadas con la gráfica y sus colaboraciones junto a The New York Graphic Workshop (1964-1970) hasta sus proyectos artísticos que van de la gráfica a la pintura, de la geometría a la materialidad y de la literatura a la narración de historias. Esta muestra intenta acercar al público tanto las diversas etapas de la trayectoria de la artista como las profundas capas de significado que sus obras plantean. Busca poner en foco la riqueza de su trabajo, amparado en una mirada crítica y en una desenfadada contemporaneidad, que se vale del humor y también de la empatía. Más información acá  

Kuitca 86

Fecha: 14.03.25 al 16.06.25 Sala 5. Nivel 2 Curadoras: Sonia Becce y Nancy Rojas. De Nadie olvida nada a Siete últimas canciones propone un enfoque en profundidad sobre una etapa crucial de la labor de Guillermo Kuitca (Buenos Aires, 1961), en el marco del 50 aniversario de la primera exposición que realizó en la galería Lirolay en 1974 a sus 13 años, y a 22 años de que su obra se presente por primera vez en Malba. Ante la oportunidad de recuperar la dimensión experimental de sus obras iniciales, reúne de manera inédita un conjunto de pinturas y series icónicas como Nadie olvida nada, comenzada en 1982, El mar dulce, iniciada en 1983, y Siete últimas canciones, presentada en 1986, junto a una selección de dibujos y documentos. Con estas piezas, de diversos formatos, soportes y técnicas, Kuitca forjó desde la pintura una investigación espacial y material que dio lugar a un repertorio iconográfico decisivo. Se trata de un conjunto de imágenes en las que plasmó la convergencia de atmósferas alusivas al imaginario de lo individual y lo comunitario, de lo doméstico y lo dramático. Más información aquí

Raúl Conti. Obras de Itatí y Nueva York

Fecha: 21.02.25 al 30.03.25 Curadores: Florencia Galesio y Pablo De Monte Con el auspicio de Fundación Medifé, el Museo Nacional de Bellas Artes presenta "Raúl Conti. Obras de Itatí y Nueva York". La exposición reúne una selección de obras del artista argentino Raúl Conti, (que forman parte) de dos períodos clave y menos conocidos, a la vez complementarios de su extensa producción: Las pinturas de Itatí y las obras de Nueva York. El primer núcleo presenta un conjunto de pinturas tempranas realizadas en las décadas del 50 y el 60 cuando el artista residía en Itatí, Corrientes. En ellas Conti captura el imaginario de Itatí, una pequeña ciudad argentina a orillas del río Paraná, su naturaleza exuberante y exótica, la fauna, la flora y las costumbres de sus habitantes inmersos en un sincretismo de creencias que combina el catolicismo, leyendas y mitos populares como el de “San la muerte”. Estas obras de pequeño formato capturan el esplendor del paisaje local con una paleta cálida, contrastada y con abundante carga matérica. El segundo núcleo se focaliza en sus impresiones y su experiencia en la ciudad de Nueva York donde se estableció a fines de los años 70 y en la que residió durante cuatro décadas. Su carácter cosmopolita, su imponente arquitectura, sus dinámica citadina, su población multicultural, su escala monumental, el poder, el dinero la violencia urbana operó en Conti prácticamente como un opuesto perfecto de sus vivencias provincianas de Itatí. En este entorno densamente poblado, el artista registra otras leyendas y mitologías, asociadas a diferentes problemáticas, cuyas víctimas son los sin techo y las personas con adicciones que habitan los barrios periféricos de la gran metrópolis. Las obras de ese período describen, con una paleta en la que predominan las tonalidades frías, la arquitectura de la gran metrópoli estadounidense: los típicos edificios con las escaleras de incendios, los carteles publicitarios y las señales de tránsito de la ciudad, atravesados en algunos casos por el motivo de las manos de cuatro dedos, perteneciente a obras anteriores, vinculadas a las producciones de las antiguas culturas americanas. Interesado en conocer e investigar las civilizaciones precolombinas, en 1966 emprendió un viaje de seis meses por América Latina, visitando Bolivia, Perú, Panamá, Colombia, Ecuador y México. El impacto y el estudio de las culturas americanas están presentes en toda su producción. La muestra se complementa con sus trabajos escultóricos en donde prevalecen las referencias a temas e iconografías de las culturas originarias y con un homenaje a Edith, su compañera de vida, representada en un retrato y con la transcripción de un poema de su autoría. De esta manera el Museo Nacional de Bellas Artes lleva a cabo un merecido homenaje a Raúl Conti, un artista de larga y prolífica trayectoria.   Más información aquí
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