Editorial 39
Editorial 39
Lista larga
Recibo la noticia de que están ya seleccionados los diez títulos que componen la “lista larga” del premio Fundación Medifé FILBA. Me alegra haber podido sostener a lo largo de cuatro años este reconocimiento a autores, libros, editores y editoriales de nuestro país en un ejercicio de trabajo entre dos instituciones.
Trabajar colaborativamente es un proceso complejo, exigido y muy enriquecedor. Lo hacemos con la gran mayoría de acciones que llevamos adelante y todo el equipo aprende a diario que las construcciones de este tipo son la clave de su sostenibilidad. Se trata de hablar hasta entendernos, de escuchar activamente, de poner ideas a rodar entre quienes constituimos los equipos y ser capaces de hacer de la tarea común un tiempo rico y entretenido de trabajo.
Lo vamos logrando cada vez mejor, con ajustes, con intercambios maduros y profesionales, con buenas intenciones y siempre privilegiando lo que queremos cuidar; este hermoso premio.
La cuarta edición, entonces, nos encuentra consolidando procesos y sorprendiéndonos -porque no queremos perder eso, nunca- de la gran caja de resonancia de esta acción colaborativa. En el mercado editorial, en el mundo de los lectores y editores, de quienes escriben y de quienes desarrollan prácticas vinculadas al leer, el premio se ha instalado como un momento de expectativa y celebración. Nos produce una gran felicidad.
Leer es de algún modo ir desconociéndonos un poco, como si siempre fuera una primera vez. Es darnos ese tiempo para meternos -a través de la lengua y sus maravillas- en mundos construidos que nos presentan lo nuevo, lo inimaginado, lo que tenemos como oportunidad, como memoria, como espacio y tiempo abiertos. Es siempre novedad y desafío.
Pero el apetito de la lectura pide su alimento, y ahí el libro. Ese artefacto increíblemente perfecto y perfectible que tiene lo que necesitamos. Esa interfaz centenaria, entre escritura y lectura, que se materializa en el encuentro entre un libro y quien lee es fascinante, mucho más hoy en que la tecnología desafía esa magia con dispositivos y programas. Sigue siendo fantástico que se escriban novelas, la ficción imaginada y narrada es un campo de experiencias para cada persona que siempre es, a la vez, personal y social. Compartimos una lengua, un idioma modulado de múltiples maneras, y a la vez cada persona lee desde su propia subjetividad.
Por eso esta instancia de la “lista larga” es algo que quiero destacar. Hubo mucho trabajo y mucha pasión en juego para llegar a los diez títulos. Estos libros serán vueltos a leer, regresarán a las librerías y a la conversación pública. Otra vez el objetivo, cumplido.
Daniela Gutierrez