Editorial 34
Editorial 34
Coincidir es una acción y en su infinitivo, una potencia.
El verano es un buen momento para pensar algunas cosas para las que la tarea cotidiana durante el año nos deja poco tiempo. En ese marco, después de meses de clima social difícil, es que pensamos junto con el Viejo Hotel Ostende un espacio cultural de oferta gratuita que pudiera darnos la oportunidad para “coincidir”. Avanzamos en una conversación que comenzó sobre la necesidad de un momento para deponer distancias sin reflexionar, para poder encontrar acuerdos mínimos desde donde avanzar en conversaciones ricas, más argumentadas y menos beligerantes. El verano y su pausa podían ser un buen tiempo; contenidos culturales bien curados, la ocasión de un disfrute común que deviniera en encuentro.
Pensamos juntas un nombre para ese ciclo de temporada en el VHO, y nos decidimos por “coincidir” porque lo pudimos entender enriquecido a partir de su etimología. El recurso de volver al origen de las palabras es menos un capricho culturoso que un regreso a sus más potentes sentidos. En el origen esta palabra tiene, en su composición, tres temas que nos interesaba retomar en este programa de verano: “con”, que nombra lo importante estar con otros, “in” que refiere a un interior, a volvernos hacia pensamientos y sentires con cierta reflexividad y finalmente, el verbo latino en sí: cadere: caer.
Dejarse caer, aflojarnos, entregar el tiempo, aprovechar el descanso para mirarnos más y mejor por dentro, barajar ideas, acercarnos a alguna experiencia bella y pensar en las conversaciones que tenemos habitualmente. Escuchar, aguzar el oído, aprender a sostener una charla a pesar de toda diferencia, es un gran ejercicio: salir de la disputa ansiosa que busca reafirmar el propio punto de partida para probarnos eficaces a la hora de buscar qué es lo que hay de común, en qué coincidimos, qué nos acerca. Y entonces, qué bueno si tenemos la suerte de festejar algún hallazgo.
Este año los cuarenta años de democracia pondrán a prueba sus principios básicos, nos situarán a todos en reflexiones compartidas sobre aquellos tiempos y posiblemente regresarán las convicciones personales a la palestra de conversaciones cotidianas. Coincidir es una manera de reafirmar también qué bueno es tener un piso común a partir de dónde planificar construcciones más complejas, pero también uno que no admite ya ningún nivel inferior. La propuesta cultural del verano incluye charlas con escritores, lecturas, cine de noche en la playa, momentos de intercambio. El paisaje, el mar, la naturaleza y quienes -humanos y no humanos- llegamos a un espacio común, nos sumamos a lo que sucede con voluntad de disfrutar y alcanzar algún bienestar.
Este último mes estival es un gran momento para preparar con serenidad, compromiso y decisión todo el curso del año que se inaugura. Allá vamos.
Daniela Gutierrez
Gerenta General