Editorial 15

Los años cumplidos

Editorial 15

Los años cumplidos
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“Hambre de encarnación padece el tiempo”

Octavio Paz, Ladera Este

 

Fundación Medifé cumple 11 años. El ejercicio es, entonces, celebrar -sobre todo en este tiempo- pensar acerca del camino recorrido y renovar nuestro compromiso de hacer crecer la tangencia entre cultura y salud.

El punto de encuentro, el sitio donde elegimos situar nuestro quehacer hoy es un espacio con algunos interrogantes profundos: necesitamos leer, mirar, conversar, conocer y recordar todo lo que podamos acerca de los modos en que la vida puede ser vivida con mayor bienestar, enriquecida, dándole a nuestros cuerpos múltiples experiencias que no los condenen a un terrible destino de meras herramientas.

Es que nuestro propósito de promover buenas prácticas para acercarnos al Buen Vivir merece una dedicada revisión que actualice su centralidad en este mundo que ya no será nunca más el que tuvimos. La condición de, como dice Flavia Costa, “accidente normal” en que nos puso la pandemia, nos expone a un modo de la vida en tiempos acelerados, en dos sentidos diferentes y complementarios: la aceleración biológica, del bios, (la rapidez del contagio), y la aceleración técnica (los cambios en la infraestructura material que sostiene todo y permite su funcionamiento). El propósito de Fundación Medifé que renovamos en este aniversario es pensar la cultura para la salud en el marco del concepto del Sumak Kawsay ancestral y continental. Ese vocablo en lengua originaria no significa Buen Vivir entendido levemente; sino que es en su profundidad donde se encuentra su plenitud. Se trata de entender la vida, la existencia, como cultura a la que es posible sentir y entender como plena, bella y sana. No es un concepto fijado de una vez y para siempre, sino que está en permanente construcción porque tiene una sintonía finísima con la tierra que habitamos, sus tiempos y sus necesidades. Sabemos ya que es urgente pensar modos más ecológicos para entender la salud y lo social, para imaginar creativamente modos de revitalizar prácticas artísticas y culturales que puedan tener sentido en un contexto demandado de respuestas más híbridas, colaborativas y solidarias. Se habla ya a escala de organismos internacionales de reemplazar los Objetivos de Desarrollo Sustentable por Objetivos del Buen Vivir Global, que tensionan el concepto de desarrollo de la modernidad entendiendo que la pandemia solo ha evidenciado su caducidad. Los feminismos y disidencias, la cohabitación con otras especies, sumado a la urgencia de una ontología renovada para el pensamiento sobre la técnica y el ambiente nos urgen a tener una práctica más abierta para proponer -en nuestra escala- programas y acciones, lecturas, conversaciones y aprendizajes que estén en armonía con necesidades que mutan y nos exigen plasticidad y colaboración. Creemos que el tiempo por venir es una gran oportunidad para sintonizar con lo grande y lo pequeño, planificar en varias escalas y estar siempre atentxs para proponer acciones y oportunidades que favorezcan la vida en común como espacio de salud.

 

Daniela Gutierrez

“Hambre de encarnación padece el tiempo”

Octavio Paz, Ladera Este

 

Fundación Medifé cumple 11 años. El ejercicio es, entonces, celebrar -sobre todo en este tiempo- pensar acerca del camino recorrido y renovar nuestro compromiso de hacer crecer la tangencia entre cultura y salud.

El punto de encuentro, el sitio donde elegimos situar nuestro quehacer hoy es un espacio con algunos interrogantes profundos: necesitamos leer, mirar, conversar, conocer y recordar todo lo que podamos acerca de los modos en que la vida puede ser vivida con mayor bienestar, enriquecida, dándole a nuestros cuerpos múltiples experiencias que no los condenen a un terrible destino de meras herramientas.

Es que nuestro propósito de promover buenas prácticas para acercarnos al Buen Vivir merece una dedicada revisión que actualice su centralidad en este mundo que ya no será nunca más el que tuvimos. La condición de, como dice Flavia Costa, “accidente normal” en que nos puso la pandemia, nos expone a un modo de la vida en tiempos acelerados, en dos sentidos diferentes y complementarios: la aceleración biológica, del bios, (la rapidez del contagio), y la aceleración técnica (los cambios en la infraestructura material que sostiene todo y permite su funcionamiento). El propósito de Fundación Medifé que renovamos en este aniversario es pensar la cultura para la salud en el marco del concepto del Sumak Kawsay ancestral y continental. Ese vocablo en lengua originaria no significa Buen Vivir entendido levemente; sino que es en su profundidad donde se encuentra su plenitud. Se trata de entender la vida, la existencia, como cultura a la que es posible sentir y entender como plena, bella y sana. No es un concepto fijado de una vez y para siempre, sino que está en permanente construcción porque tiene una sintonía finísima con la tierra que habitamos, sus tiempos y sus necesidades. Sabemos ya que es urgente pensar modos más ecológicos para entender la salud y lo social, para imaginar creativamente modos de revitalizar prácticas artísticas y culturales que puedan tener sentido en un contexto demandado de respuestas más híbridas, colaborativas y solidarias. Se habla ya a escala de organismos internacionales de reemplazar los Objetivos de Desarrollo Sustentable por Objetivos del Buen Vivir Global, que tensionan el concepto de desarrollo de la modernidad entendiendo que la pandemia solo ha evidenciado su caducidad. Los feminismos y disidencias, la cohabitación con otras especies, sumado a la urgencia de una ontología renovada para el pensamiento sobre la técnica y el ambiente nos urgen a tener una práctica más abierta para proponer -en nuestra escala- programas y acciones, lecturas, conversaciones y aprendizajes que estén en armonía con necesidades que mutan y nos exigen plasticidad y colaboración. Creemos que el tiempo por venir es una gran oportunidad para sintonizar con lo grande y lo pequeño, planificar en varias escalas y estar siempre atentxs para proponer acciones y oportunidades que favorezcan la vida en común como espacio de salud.

 

Daniela Gutierrez

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FRANCOIS DUBET

El sociólogo francés François Dubet visitará el país en noviembre. Recibirá el reconocimiento de Dr. Honoris Causa en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde abrirá las XVI Jornadas de Sociología. Conocer, comprender, transformar. Los desafíos de la sociología de nuestro tiempo (del 3 al 7 de noviembre). Su agenda está gestionada por el Centro Franco-Argentino de Altos Estudios en Ciencias Sociales y Humanidades de la UBA y su estadía en Buenos Aires cuenta con el apoyo del Institut français d’Argentine y Fundación Medifé. · Lunes 3 de noviembre a las 18 h | Facultad de Ciencias Sociales UBA Conferencia de apertura El porvenir ya no es lo que era. Reconocimiento como Dr. Honoris Causa. · Miércoles 5 de noviembre a las 18 h | Campus Miguelete UNSAM  Conferencia El rol de las ciencias sociales frente a las desigualdades y el declive de la justicia social. Aula Tanque. Algunos de sus títulos: - El nuevo régimen de las desigualdades solitarias - La época de las pasiones tristes  Lo que nos une - ¿Por qué preferimos la desigualdad? - ¿Para qué sirve realmente un sociólogo? - Repensar la justicia social   François Dubet  (1946) es docente magistral de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y profesor emérito de Sociología en la Universidad de Burdeos II. Es uno de los principales referentes en el campo de la sociología de la educación. Sus investigaciones se centran en la marginalidad juvenil, las desigualdades sociales, la inmigración y el carácter inclusivo o excluyente de las instituciones escolares. 

Editorial 66

A partir de la presencia de Fundación Medifé en las Jornadas de Salud Mental que se llevaron a cabo en Mar del Plata el 19 y 20 del mes pasado, algunas ideas quedaron resonando que quisiera retomar. Trabajamos, en ambos paneles, sobre los desafíos que la Inteligencia Artificial no trae; no sobre sus ruidos apocalípticos, sino más bien acerca de la afección de nuestra condición humana, los deseos, la creación, la palabra -por ejemplo- y estos cuerpos que llevamos puestos. Quiero compartirles una pequeña reflexión sobre el tema. Escuchamos mucho hablar sobre el impacto económico y social de la inteligencia generativa, pero ¿habrá cambios más profundos, que nos toquen como especie hablante y sintiente? Paradógicamente todo lo que se está pensando en este sentido, nos está obligando a regresar sobre conceptos que pensábamos lejanos y que al haber sido fundantes de la modernidad que creíamos eterna, ya los dábamos por sentados. Resulta que el juicio, los afectos y la mismísima idea de inteligencia deber ser redefinidos. La IA nos confronta con la existencia de una nueva forma de inteligencia, una cuya escala y velocidad nos superan. Ya la humanidad no puede arrogarse ser lo único “inteligente” sobre la tierra, sino que su singularidad perdida deberá refrescar las relaciones que establecemos con el conocimiento. Si ya acumular y procesar datos, incluso recordarlos, no es para la humanidad…es un buen momento para revalorizar nuestra curiosidad, los atajos e intersticios, la habilidad de pensar lateralmente, poder hacer buenas preguntas y la sabiduría para interpretar datos e información en contextos éticos y afectivos. Margarita Martínez, en una tarde lluviosa marplatense, nos dijo que el juicio en tanto que dimensión experiencial y ética, es un territorio humano. No hay IA capaz de involucrar intuición y contexto moral a las decisiones que tomamos; ésta noticia es también un imperativo a la reflexión. Tenemos nuevos horizontes pedagógicos, nuevos desafíos personales y sociales que urge abordar. Ninguna máquina es responsable, ninguna tiene agencia moral por ahora. Y este mundo complejo en que vivimos parece necesitarnos cada día más. Pero, además, las máquinas aun no reemplazan el entramado de vulnerabilidad, contradicción y propósito que implica la sensible vida humana. La singularidad de cada una de nuestras vidas, con todo lo vivido, es insustituible. Y nuestra palabra, nuestra mirada con otros. Sostener conversaciones profundas y verdaderas tanto sobre la intimidad como sobre lo social es un desafío importante para la humanidad, podemos conectarnos y no sólo procesar datos. Celebro que cada tanto nos salga una risita nervios, una mirada cómplice, un silencio incómodo. Es en la vulnerabilidad de exponernos, de no saber exactamente qué decir, donde reside la posibilidad de una conexión auténtica. Los lazos verdaderos se construyen sobre esa base de mutualidad y riesgo, no de perfecta predicción. Tomémonos el tiempo de pensar qué más somos capaces de ofrecer a las generaciones que nos siguen, cómo transmitir lo importante y crucial, no estamos en condiciones de entregarlo todo.   Daniela Gutierrez Gerenta General Fundación Medifé

Editorial 65

En unas semanas estaremos acompañando, como ya lo venimos haciendo desde hace varias ediciones, las Jornadas de Salud Mental de Medifé. En ese contexto Fundación Medifé presenta, junto con la coordinación general del ESM y la gerencia de la compañía, a profesionales cuyo trabajo intelectual ofrece ocasión de pensar juntos las condiciones de existencia de este tiempo y por tanto agregar contexto al quehacer profesional de quienes atienden la salud mental en Medifé. Este año nos acompañan Margarita Martínez, experta en Comunicación y teoría de la técnica y Daniela Danelinck, filósofa. En los paneles de apertura y cierre de las JSM, entonces, retomaremos un marco ampliado para la conversación sobre aspectos que son actuales, vertiginosos y determinantes al momento de entender mejor cómo y por qué nuestra vida es afectada. Empezaremos las Jornadas conversando -al modo humano- acerca de los soportes técnicos que existen desde siempre para hacer posible la vida y que quedarán como huella de las sociedades que los utilizamos. El entorno técnico y artificial que nos acompaña nos atraviesa y nos configura hoy da cuenta de nuestra condición humana y de qué es posible pensar como futuro. El panel de cierre, del encuentro marplatense, entonces, vinculará esta realidad contemporánea con la subjetividad, retomando quizás algo de lo que habrá circulado por las variadas mesas de presentación de trabajos. En este entorno, FM, también presentará su colección Lecturas éxtimas, que en el sello editorial tenemos dedicada a los profesionales y lectores interesados en la tangencia del psicoanálisis con otros asuntos que le son cercanos. Estamos muy contentos, de la cantidad de proyectos que se presentaron a la Convocatoria del Fondo Enlace, iniciativa que es afín a Orillas Nuevas y que llevamos adelante con nuestros aliados estratégicos; el Instituto Francés y la Fundación Williams. La idea es ofrecer a 30 proyectos de las industrias culturales y creativas un financiamiento que les permita poner en marcha lo que ya están trabajando. Se han presentado muchísimos proyectos y es una gran alegría contribuir a poner en marcha acciones culturales y creativas de tanta gente que está trabajando en esos campos a pesar de las dificultades. Finalmente fue muy interesante apoyar otra vez ArteBA, la feria de arte que se realizó el último fin de semana de agosto en Costa Salguero, durante los cinco días más de 40.000 personas participaron de este gran evento que reunió 67 galerías y fue, una vez más, punto de encuentro para el arte contemporáneo. Nos sumamos a esta nueva edición de la feria porque nuestro propósito “Cultura para la salud” nos impulsa; invitamos a muchas personas a recorrer el espacio, visitar galerías y escuchar curadores, artistas y coleccionistas.   Daniela Gutierrez Gerenta General Fundación Medifé