Editorial 25

Pioneras del psicoanálisis

Editorial 25

Pioneras del psicoanálisis
Compartir

Dentro de muy poco tiempo estará ya impreso el primer libro de la colección Lecturas Éxtimas, de nuestro sello editorial. Es el hermoso texto de Isabelle Mons, “Mujeres del alma. Las pioneras del psicoanálisis”. El libro recoge las historias de vida y desarrollo profesional de las mujeres que contribuyeron con ideas potentes y un quehacer clínico relevante al desarrollo de una disciplina que marcó el siglo veinte. Algunas de ellas son muy conocidas, pero otras no lo son. Mons, que es reconocida como autora de textos muy relevantes de historia del psicoanálisis, aprovecha la oportunidad de una conversación sobre la labor de las mujeres para destacar a aquellas que fueron abriendo un camino de saber a las muchas otras que vendrían luego en el ejercicio de la clínica psicoanalítica, su docencia e investigación académica.

Para la colección, este libro inaugural, es importante porque supone una toma de posición editorial acerca de rescatar textos escritos por mujeres sobre mujeres, pero también porque supuso un gran esfuerzo de traducción y producción en momentos difíciles que a pesar de haber contado con el apoyo del Programa Victoria Ocampo de apoyo a la traducción se necesitaron muchos recursos y sostener la voluntad de hacer libros gratis, seguir creyendo en la potencia del don.

Me entusiasmó para decidir su publicación que este libro tuviera en cuenta a las mujeres no solo como sujetos privilegiados de la práctica analítica, sino que pudiésemos leer acerca de sus valiosas contribuciones para la teoría y el ejercicio clínico. Mons, la autora, sostiene en una entrevista que “mi enfoque no es sociológico ni científico, ni tiene ánimo de exhaustividad. Sin embargo, el rigor y el placer fueron preciosos consejeros en la elección corneliana que tuve que hacer entre las numerosas actoras del psicoanálisis del siglo XX. El rigor era el de una ley: para ser pionero, hay que haber innovado y descubierto un material enterrado que espera ser descubierto”.

En el paisaje del psicoanálisis naciente aparecen catorce rostros caleidoscópicos, catorce mujeres que avanzan progresivamente en el campo científico de la era freudiana, no sin dificultad y no sin encontrar la oposición del mundo médico. Ser mujer y desear practicar el psicoanálisis, aun cuando también seguía siendo difícil para los hombres no médicos, era un desafío que supuso muchos sacrificios (exilios, rupturas amorosas, humillaciones, sufrimientos) y, aun así, estas mujeres no claudicaron. Estas mujeres conocieron, amaron y desafiaron a Freud en Viena, a Jung en Zurich, a Lacan en París. El recorrido de Mons comienza con la “musas rusas”, entre las que está Lou Andréas-Salomé (1861-1937), que fue amiga de Nietzsche, Rilke y Freud, entre otros. Éste la consideraba "la poeta del psicoanálisis". Lou Andréas-Salomé produjo algunos textos muy importantes sobre el erotismo y la sexualidad femenina;  no sólo fue la paciente y ardiente amante de Jung (a quien convirtió en analista), sino una brillante teórica y practicante del psicoanálisis. Ella le dio a Freud las pistas para pensar en la teoría de la pulsión de muerte. Fue asesinada por los nazis. Tatiana Rosenthal (1885-1921), menos conocida que sus colegas rusas, fue una figura muy importante por su voluntad de comprometerse con el marxismo durante la revolución rusa de 1905, con el freudismo y con el feminismo. Escribió ensayos sobre Dostoievski (en 1920) y Freud le debe sus textos sobre Dostoievski y el parricidio (en 1927, aunque no la citó). Se suicidó a los 36 años.

El segundo capítulo está dedicado a las "mujeres partidarias de la lucha". Emma Eckstein (1865-1924), que fue, a partir de 1892, la famosa paciente de Freud, cuyo amigo Fliess olvidó una tira de gasa de cincuenta centímetros de largo durante la operación nasal que le practicó. Quedó desfigurada por esta operación. En 1897 se convirtió en la primera mujer psicoanalista y escribió varios libros: uno en el que condenaba las condiciones impuestas a las mujeres en el trabajo y otro sobre la sexualidad de los niños, que sin duda inspiró a Freud. En cierto modo, Emma Eckstein allanó el camino para que las mujeres se convirtieran en psicoanalistas y pasaran de ser pacientes a profesionales. Margarethe Hilferding (1871-1942) debe sus credenciales al hecho de haber sido una de las primeras mujeres en defender una tesis doctoral en medicina en 1903 y, sin ser paciente de Freud, ser una de las primeras en ser elegida miembro del círculo muy cerrado y exclusivamente masculino de la Asociación Psicoanalítica de Viena. En 1905, se convirtió en la Dra. Margarethe Hilferding y trabajó en la desnaturalización del instinto maternal. No se nace madre, se llega a serlo.

El tercer capítulo está dedicado a las dos figuras más conocidas, "las de la sombra": Emma Jung (1882-1955) y Anna Freud (1895-1982). Cada una trató de "hacerse un nombre" cuando podrían haber sido aplastadas por el peso de sus apellidos. Emma Jung no sólo acompañó a su conocido marido, no sólo consintió en silencio sus numerosas relaciones adúlteras. No sólo fue la esposa fiel y sumisa, como cuenta la historia, sino que, sobre todo, le inspiró con su pensamiento y sus libros, sobre todo el Animus Anima (a menudo atribuido a Carl-Gustav Jung) y La leyenda del Grial, que "forzó la admiración de su marido". En cuanto a Anna Freud, aunque aseguró la implantación internacional del templo freudiano y continuó la obra de su padre, también la transformó, emancipándose así de su tutela. Anna Freud abrió el camino del análisis infantil y combinó la pedagogía con el psicoanálisis, orientando este último hacia la educación.

El cuarto capítulo, "las voces de la infancia" presenta a Hermine Von Hug-Hellmuth (1871-1924), Melanie Klein (1882-1960), Sophie Morgenstern (1875-1940) y Françoise Dolto (1908-1988) quienes dieron, con distintos destinos, una considerable extensión a la teoría y la práctica analítica en lo que respecta al psicoanálisis infantil. Hermine Von Hug-Hellmuth fue una de las primeras psicoanalistas dedicadas a los niños. Melanie Klein es una de las psicoanalistas infantiles más creativas e inventivas, su obra es considerable y se ha convertido en escuela. Sophie Morgenstern, la "olvidada", demostró que había una neuropsiquiatría infantil por desarrollar. Su trabajo inspiró a Françoise Dolto, que sigue siendo una de las psicoanalistas infantiles más conocidas de Francia. El libro termina con "los conquistadores": Eugénie Sokolnicka (1884-1934) y Marie Bonaparte (1882-1962). La primera, polaca, fue quien lideró la lucha para que el psicoanálisis fuera recibido en París en los años 30, la segunda salvó a Freud de los nazis cuando fueron a por él en Viena en 1938. Marie Bonaparte utilizó parte de su fortuna para organizar su exilio en Londres y se convirtió en la guardiana de las traducciones francesas de la obra de Freud.

Todas estas mujeres, pioneras a su manera, abrieron nuevos caminos y voces para el psicoanálisis freudiano. Pacientes de analistas freudianos, se liberaron de los métodos clásicos cuando se convirtieron ellas mismos en psicoanalistas. En una Europa masacrada por las guerras, todas ellas viajaron valientemente a través de las fronteras, hablando varios idiomas, apropiándose de una libertad de la que las mujeres de su época aún estaban privadas. Su valentía y atrevimiento para ejercer una profesión destinada a los hombres no sólo proporcionó una extensión esencial a la invención del psicoanálisis freudiano, sino que también contribuyó a la lucha feminista de su tiempo.

Este libro, sencillo y ameno, recupera algunos de los rostros de estas pioneras, algunas de las cuales han caído en el olvido, otras que han quedado a la sombra tutelar de los "grandes". Espero con alegría la salida del libro, sé que nos dará una gran oportunidad para acercarnos a muchxs lectores expertos y legos, a muchas mujeres y disidencias para quienes estas luchadoras y deseantes de su época son un ejemplo.

 

Daniela Gutierrez

Gerenta General

Dentro de muy poco tiempo estará ya impreso el primer libro de la colección Lecturas Éxtimas, de nuestro sello editorial. Es el hermoso texto de Isabelle Mons, “Mujeres del alma. Las pioneras del psicoanálisis”. El libro recoge las historias de vida y desarrollo profesional de las mujeres que contribuyeron con ideas potentes y un quehacer clínico relevante al desarrollo de una disciplina que marcó el siglo veinte. Algunas de ellas son muy conocidas, pero otras no lo son. Mons, que es reconocida como autora de textos muy relevantes de historia del psicoanálisis, aprovecha la oportunidad de una conversación sobre la labor de las mujeres para destacar a aquellas que fueron abriendo un camino de saber a las muchas otras que vendrían luego en el ejercicio de la clínica psicoanalítica, su docencia e investigación académica.

Para la colección, este libro inaugural, es importante porque supone una toma de posición editorial acerca de rescatar textos escritos por mujeres sobre mujeres, pero también porque supuso un gran esfuerzo de traducción y producción en momentos difíciles que a pesar de haber contado con el apoyo del Programa Victoria Ocampo de apoyo a la traducción se necesitaron muchos recursos y sostener la voluntad de hacer libros gratis, seguir creyendo en la potencia del don.

Me entusiasmó para decidir su publicación que este libro tuviera en cuenta a las mujeres no solo como sujetos privilegiados de la práctica analítica, sino que pudiésemos leer acerca de sus valiosas contribuciones para la teoría y el ejercicio clínico. Mons, la autora, sostiene en una entrevista que “mi enfoque no es sociológico ni científico, ni tiene ánimo de exhaustividad. Sin embargo, el rigor y el placer fueron preciosos consejeros en la elección corneliana que tuve que hacer entre las numerosas actoras del psicoanálisis del siglo XX. El rigor era el de una ley: para ser pionero, hay que haber innovado y descubierto un material enterrado que espera ser descubierto”.

En el paisaje del psicoanálisis naciente aparecen catorce rostros caleidoscópicos, catorce mujeres que avanzan progresivamente en el campo científico de la era freudiana, no sin dificultad y no sin encontrar la oposición del mundo médico. Ser mujer y desear practicar el psicoanálisis, aun cuando también seguía siendo difícil para los hombres no médicos, era un desafío que supuso muchos sacrificios (exilios, rupturas amorosas, humillaciones, sufrimientos) y, aun así, estas mujeres no claudicaron. Estas mujeres conocieron, amaron y desafiaron a Freud en Viena, a Jung en Zurich, a Lacan en París. El recorrido de Mons comienza con la “musas rusas”, entre las que está Lou Andréas-Salomé (1861-1937), que fue amiga de Nietzsche, Rilke y Freud, entre otros. Éste la consideraba "la poeta del psicoanálisis". Lou Andréas-Salomé produjo algunos textos muy importantes sobre el erotismo y la sexualidad femenina;  no sólo fue la paciente y ardiente amante de Jung (a quien convirtió en analista), sino una brillante teórica y practicante del psicoanálisis. Ella le dio a Freud las pistas para pensar en la teoría de la pulsión de muerte. Fue asesinada por los nazis. Tatiana Rosenthal (1885-1921), menos conocida que sus colegas rusas, fue una figura muy importante por su voluntad de comprometerse con el marxismo durante la revolución rusa de 1905, con el freudismo y con el feminismo. Escribió ensayos sobre Dostoievski (en 1920) y Freud le debe sus textos sobre Dostoievski y el parricidio (en 1927, aunque no la citó). Se suicidó a los 36 años.

El segundo capítulo está dedicado a las "mujeres partidarias de la lucha". Emma Eckstein (1865-1924), que fue, a partir de 1892, la famosa paciente de Freud, cuyo amigo Fliess olvidó una tira de gasa de cincuenta centímetros de largo durante la operación nasal que le practicó. Quedó desfigurada por esta operación. En 1897 se convirtió en la primera mujer psicoanalista y escribió varios libros: uno en el que condenaba las condiciones impuestas a las mujeres en el trabajo y otro sobre la sexualidad de los niños, que sin duda inspiró a Freud. En cierto modo, Emma Eckstein allanó el camino para que las mujeres se convirtieran en psicoanalistas y pasaran de ser pacientes a profesionales. Margarethe Hilferding (1871-1942) debe sus credenciales al hecho de haber sido una de las primeras mujeres en defender una tesis doctoral en medicina en 1903 y, sin ser paciente de Freud, ser una de las primeras en ser elegida miembro del círculo muy cerrado y exclusivamente masculino de la Asociación Psicoanalítica de Viena. En 1905, se convirtió en la Dra. Margarethe Hilferding y trabajó en la desnaturalización del instinto maternal. No se nace madre, se llega a serlo.

El tercer capítulo está dedicado a las dos figuras más conocidas, "las de la sombra": Emma Jung (1882-1955) y Anna Freud (1895-1982). Cada una trató de "hacerse un nombre" cuando podrían haber sido aplastadas por el peso de sus apellidos. Emma Jung no sólo acompañó a su conocido marido, no sólo consintió en silencio sus numerosas relaciones adúlteras. No sólo fue la esposa fiel y sumisa, como cuenta la historia, sino que, sobre todo, le inspiró con su pensamiento y sus libros, sobre todo el Animus Anima (a menudo atribuido a Carl-Gustav Jung) y La leyenda del Grial, que "forzó la admiración de su marido". En cuanto a Anna Freud, aunque aseguró la implantación internacional del templo freudiano y continuó la obra de su padre, también la transformó, emancipándose así de su tutela. Anna Freud abrió el camino del análisis infantil y combinó la pedagogía con el psicoanálisis, orientando este último hacia la educación.

El cuarto capítulo, "las voces de la infancia" presenta a Hermine Von Hug-Hellmuth (1871-1924), Melanie Klein (1882-1960), Sophie Morgenstern (1875-1940) y Françoise Dolto (1908-1988) quienes dieron, con distintos destinos, una considerable extensión a la teoría y la práctica analítica en lo que respecta al psicoanálisis infantil. Hermine Von Hug-Hellmuth fue una de las primeras psicoanalistas dedicadas a los niños. Melanie Klein es una de las psicoanalistas infantiles más creativas e inventivas, su obra es considerable y se ha convertido en escuela. Sophie Morgenstern, la "olvidada", demostró que había una neuropsiquiatría infantil por desarrollar. Su trabajo inspiró a Françoise Dolto, que sigue siendo una de las psicoanalistas infantiles más conocidas de Francia. El libro termina con "los conquistadores": Eugénie Sokolnicka (1884-1934) y Marie Bonaparte (1882-1962). La primera, polaca, fue quien lideró la lucha para que el psicoanálisis fuera recibido en París en los años 30, la segunda salvó a Freud de los nazis cuando fueron a por él en Viena en 1938. Marie Bonaparte utilizó parte de su fortuna para organizar su exilio en Londres y se convirtió en la guardiana de las traducciones francesas de la obra de Freud.

Todas estas mujeres, pioneras a su manera, abrieron nuevos caminos y voces para el psicoanálisis freudiano. Pacientes de analistas freudianos, se liberaron de los métodos clásicos cuando se convirtieron ellas mismos en psicoanalistas. En una Europa masacrada por las guerras, todas ellas viajaron valientemente a través de las fronteras, hablando varios idiomas, apropiándose de una libertad de la que las mujeres de su época aún estaban privadas. Su valentía y atrevimiento para ejercer una profesión destinada a los hombres no sólo proporcionó una extensión esencial a la invención del psicoanálisis freudiano, sino que también contribuyó a la lucha feminista de su tiempo.

Este libro, sencillo y ameno, recupera algunos de los rostros de estas pioneras, algunas de las cuales han caído en el olvido, otras que han quedado a la sombra tutelar de los "grandes". Espero con alegría la salida del libro, sé que nos dará una gran oportunidad para acercarnos a muchxs lectores expertos y legos, a muchas mujeres y disidencias para quienes estas luchadoras y deseantes de su época son un ejemplo.

 

Daniela Gutierrez

Gerenta General

Contenido vinculado

FRANCOIS DUBET

El sociólogo francés François Dubet visitará el país en noviembre. Recibirá el reconocimiento de Dr. Honoris Causa en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde abrirá las XVI Jornadas de Sociología. Conocer, comprender, transformar. Los desafíos de la sociología de nuestro tiempo (del 3 al 7 de noviembre). Su agenda está gestionada por el Centro Franco-Argentino de Altos Estudios en Ciencias Sociales y Humanidades de la UBA y su estadía en Buenos Aires cuenta con el apoyo del Institut français d’Argentine y Fundación Medifé. · Lunes 3 de noviembre a las 18 h | Facultad de Ciencias Sociales UBA Conferencia de apertura El porvenir ya no es lo que era. Reconocimiento como Dr. Honoris Causa. · Miércoles 5 de noviembre a las 18 h | Campus Miguelete UNSAM  Conferencia El rol de las ciencias sociales frente a las desigualdades y el declive de la justicia social. Aula Tanque. Algunos de sus títulos: - El nuevo régimen de las desigualdades solitarias - La época de las pasiones tristes  Lo que nos une - ¿Por qué preferimos la desigualdad? - ¿Para qué sirve realmente un sociólogo? - Repensar la justicia social   François Dubet  (1946) es docente magistral de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y profesor emérito de Sociología en la Universidad de Burdeos II. Es uno de los principales referentes en el campo de la sociología de la educación. Sus investigaciones se centran en la marginalidad juvenil, las desigualdades sociales, la inmigración y el carácter inclusivo o excluyente de las instituciones escolares. 

Editorial 66

A partir de la presencia de Fundación Medifé en las Jornadas de Salud Mental que se llevaron a cabo en Mar del Plata el 19 y 20 del mes pasado, algunas ideas quedaron resonando que quisiera retomar. Trabajamos, en ambos paneles, sobre los desafíos que la Inteligencia Artificial no trae; no sobre sus ruidos apocalípticos, sino más bien acerca de la afección de nuestra condición humana, los deseos, la creación, la palabra -por ejemplo- y estos cuerpos que llevamos puestos. Quiero compartirles una pequeña reflexión sobre el tema. Escuchamos mucho hablar sobre el impacto económico y social de la inteligencia generativa, pero ¿habrá cambios más profundos, que nos toquen como especie hablante y sintiente? Paradógicamente todo lo que se está pensando en este sentido, nos está obligando a regresar sobre conceptos que pensábamos lejanos y que al haber sido fundantes de la modernidad que creíamos eterna, ya los dábamos por sentados. Resulta que el juicio, los afectos y la mismísima idea de inteligencia deber ser redefinidos. La IA nos confronta con la existencia de una nueva forma de inteligencia, una cuya escala y velocidad nos superan. Ya la humanidad no puede arrogarse ser lo único “inteligente” sobre la tierra, sino que su singularidad perdida deberá refrescar las relaciones que establecemos con el conocimiento. Si ya acumular y procesar datos, incluso recordarlos, no es para la humanidad…es un buen momento para revalorizar nuestra curiosidad, los atajos e intersticios, la habilidad de pensar lateralmente, poder hacer buenas preguntas y la sabiduría para interpretar datos e información en contextos éticos y afectivos. Margarita Martínez, en una tarde lluviosa marplatense, nos dijo que el juicio en tanto que dimensión experiencial y ética, es un territorio humano. No hay IA capaz de involucrar intuición y contexto moral a las decisiones que tomamos; ésta noticia es también un imperativo a la reflexión. Tenemos nuevos horizontes pedagógicos, nuevos desafíos personales y sociales que urge abordar. Ninguna máquina es responsable, ninguna tiene agencia moral por ahora. Y este mundo complejo en que vivimos parece necesitarnos cada día más. Pero, además, las máquinas aun no reemplazan el entramado de vulnerabilidad, contradicción y propósito que implica la sensible vida humana. La singularidad de cada una de nuestras vidas, con todo lo vivido, es insustituible. Y nuestra palabra, nuestra mirada con otros. Sostener conversaciones profundas y verdaderas tanto sobre la intimidad como sobre lo social es un desafío importante para la humanidad, podemos conectarnos y no sólo procesar datos. Celebro que cada tanto nos salga una risita nervios, una mirada cómplice, un silencio incómodo. Es en la vulnerabilidad de exponernos, de no saber exactamente qué decir, donde reside la posibilidad de una conexión auténtica. Los lazos verdaderos se construyen sobre esa base de mutualidad y riesgo, no de perfecta predicción. Tomémonos el tiempo de pensar qué más somos capaces de ofrecer a las generaciones que nos siguen, cómo transmitir lo importante y crucial, no estamos en condiciones de entregarlo todo.   Daniela Gutierrez Gerenta General Fundación Medifé

Editorial 65

En unas semanas estaremos acompañando, como ya lo venimos haciendo desde hace varias ediciones, las Jornadas de Salud Mental de Medifé. En ese contexto Fundación Medifé presenta, junto con la coordinación general del ESM y la gerencia de la compañía, a profesionales cuyo trabajo intelectual ofrece ocasión de pensar juntos las condiciones de existencia de este tiempo y por tanto agregar contexto al quehacer profesional de quienes atienden la salud mental en Medifé. Este año nos acompañan Margarita Martínez, experta en Comunicación y teoría de la técnica y Daniela Danelinck, filósofa. En los paneles de apertura y cierre de las JSM, entonces, retomaremos un marco ampliado para la conversación sobre aspectos que son actuales, vertiginosos y determinantes al momento de entender mejor cómo y por qué nuestra vida es afectada. Empezaremos las Jornadas conversando -al modo humano- acerca de los soportes técnicos que existen desde siempre para hacer posible la vida y que quedarán como huella de las sociedades que los utilizamos. El entorno técnico y artificial que nos acompaña nos atraviesa y nos configura hoy da cuenta de nuestra condición humana y de qué es posible pensar como futuro. El panel de cierre, del encuentro marplatense, entonces, vinculará esta realidad contemporánea con la subjetividad, retomando quizás algo de lo que habrá circulado por las variadas mesas de presentación de trabajos. En este entorno, FM, también presentará su colección Lecturas éxtimas, que en el sello editorial tenemos dedicada a los profesionales y lectores interesados en la tangencia del psicoanálisis con otros asuntos que le son cercanos. Estamos muy contentos, de la cantidad de proyectos que se presentaron a la Convocatoria del Fondo Enlace, iniciativa que es afín a Orillas Nuevas y que llevamos adelante con nuestros aliados estratégicos; el Instituto Francés y la Fundación Williams. La idea es ofrecer a 30 proyectos de las industrias culturales y creativas un financiamiento que les permita poner en marcha lo que ya están trabajando. Se han presentado muchísimos proyectos y es una gran alegría contribuir a poner en marcha acciones culturales y creativas de tanta gente que está trabajando en esos campos a pesar de las dificultades. Finalmente fue muy interesante apoyar otra vez ArteBA, la feria de arte que se realizó el último fin de semana de agosto en Costa Salguero, durante los cinco días más de 40.000 personas participaron de este gran evento que reunió 67 galerías y fue, una vez más, punto de encuentro para el arte contemporáneo. Nos sumamos a esta nueva edición de la feria porque nuestro propósito “Cultura para la salud” nos impulsa; invitamos a muchas personas a recorrer el espacio, visitar galerías y escuchar curadores, artistas y coleccionistas.   Daniela Gutierrez Gerenta General Fundación Medifé